Este año parece que las vacaciones se complican. Bueno, al menos lo de irse de viaje y esas cosas.
Por lo visto, es que mis padres tienen menos vacaciones y no van a poder cogerlas a la vez.
Y aunque a mí me encanta estar diez días seguidos en la playa hasta ponerme como un tizo, porque nunca es lo mismo ir un día que muchos, porque cuando vas muchos empiezas a conocer los secretos de cada charca y cada piedra y es entonces cuando puedes decir que tu playa ya está explorada y puedes enseñar tus descubrimientos a tus primos que resulta que han venido y desde navidades no los veías, pues a pesar de eso, no me importa.
Porque también así podré jugar más con mis abuelos que me cuidarán mientras mis padres trabajan, o porque también hay amigos, cada vez más, que están como yo y que se quedan el julio y el agosto en la ciudad y hasta muchos que seguirán yendo al cole, por lo que he oído, así que no voy a estar solo y aburrido.
Y porque además, cuando he hablado con mi padre la seta, me ha explicado que se puede explorar lo mismo en una playa que en el viejo trastero de los abuelos o en la escuelita de verano donde al final me han apuntado porque todo está en mi cabeza. Y después de eso se ha ido al tocadiscos heredado del abuelo y ha puesto una música y me ha explicado que era una canción* que decía que si no puedes hacer las cosas que quieres tienes que querer hacer las cosas que puedes... ¡o más o menos!
* ‘Love the One You’re With’, CSN&Y (canción recomendada para esta lectura)
No hay comentarios:
Publicar un comentario