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Las Trevinas no se comen


                  Esta época de principio de primavera es la mejor para salir al campo a jugar. 


           Claro, mis padres no están de acuerdo, porque lo que nos gusta a nosotros, casi siempre, no gusta a los mayores: me gusta el cielo azul claro después de la lluvia, correr con mis amigos por caminos rodeados de trevinas florecidas, arrancar un tallo con su flor y chuparlo, aunque me lo tengan prohibido, y repartir varios porque por esas cosas uno no se pelea, está el campo lleno.
          Me gusta ir a nuestros lugares secretos, al lado de unas cañas donde el agua se estanca y hay ranas que se escuchan si te callas,
o también el campo de bici cross abandonado donde se forman geniales montañas de barro por las que nunca puedes subir ni bajar caminando. Me gusta por último jugar al escondite entre los arboles y arbustos y de repente, fíjate, con la buena tarde que hacía, entra la niebla desde la montaña y ya no se ve nada...
¡Claro, si el que se la queda no soy yo!



Micelio Muscario. Marzo 2013

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