En abril nos toca el día de las letras y del libro con sus bien llamadas ferias y por el medio las palabras. Lejos de estar claro este asunto de las palabras, su significado puede cambiar completamente dependiendo del punto de vista.
Contaba un compañero que desde el punto de vista del búho, del murciélago, del bohemio y del ladrón, el anochecer es la hora del desayuno, aunque lo llamen cena. La lluvia, por ejemplo, es una maldición para el turista y generalmente una buena noticia para el agricultor. Ese mismo turista al que le parecemos pintorescos, cuando a nosotros pintoresco nos parece él.
Contaba también el compañero con mucha gracia de cuando vivía en La Aldea de niño, desde el punto de vista de sus vecinos veían admirable la actitud de un hombre al que llamaban Bernegal, siempre con la misma ropa en verano y en invierno. Bernegal nunca tiene frío, decían. Y él no decía nada. Frío tenía, lo que no tenía era un abrigo.
Un abrigo es lo que se necesita ahora, metafóricamente hablando, para abrigar la esperanza que tenemos en un futuro mejor, que muy clara no estará la cosa cuando necesita que la abriguen, curioso y revelador punto de vista sobre la esperanza, menos mal que ya ha llegado la primavera.
Salgan a la calle a comprobarlo porque si no se han dado cuenta es que están viendo demasiada tele.
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