Ya han llegado las vacaciones y, como siempre, parece que serán eternas y podremos hacer mil cosas, pero luego se acaban de golpe, y no me ha dado tiempo de hacer todo lo que quería; me he hecho una lista con las cosas que más me gustan para no olvidármelas:
Me gusta cuando baja la marea en el puertito y se quedan los charcos con pececitos atrapados, y huele a musgo y cogemos burgados que luego mi padre le pone al arroz; me gusta también cuando la marea sube con fuerza y las olas nos revuelcan; me divierto mucho cuando todos los amigos nos juntamos y nos tiramos todos a la vez haciendo la bomba y vaciamos la piscina; me río cuando mi amigo Kevin, que es algo patosillo, intenta tirarse de cabeza, pero como no sabe se pega un planchazo y todo el mundo mira cómo sale del agua con el pecho colorado; me gusta cuando al final del verano el moral se llena de moras y nos ponemos morados a comer, y luego al final hacemos una guerra de moras trepados en el árbol; me gusta por último que se haga de noche tarde para poder estar todavía jugando, por ejemplo al fútbol, a oscuras casi sin ver la pelota pero riéndonos todos mucho hasta que por fin llega mi madre, que lleva ya rato buscándome porque la cena ya está lista.